El FC Barcelona puso el broche final a una temporada brillante con una victoria contundente ante el Athletic Club en San Mamés. En un ambiente festivo, con los locales celebrando su clasificación a la Champions y despidiendo a una leyenda como Óscar de Marcos, el equipo de Hansi Flick se mostró efectivo, sereno y letal. Robert Lewandowski, con dos goles en apenas tres minutos, fue la figura clave del encuentro, mientras Dani Olmo sentenció desde el punto penal en los últimos instantes.
Un Inicio Con Alma de Final
Aunque no había nada en juego en la tabla para ninguno de los dos equipos, el partido comenzó con intensidad, ritmo y la ambición de quien no quiere despedirse sin darlo todo. El Athletic, impulsado por su público y con la motivación de haber cerrado un curso sobresaliente, salió decidido a incomodar al campeón.
Nico Williams fue el primero en avisar. Rápido, atrevido, eléctrico, tuvo en sus botas la opción de abrir el marcador, pero su puntería no estuvo a la altura de su despliegue físico. Unai Gómez incluso llegó a marcar, aunque el gol fue anulado por un fuera de juego milimétrico. La grada rugía, el equipo empujaba, pero entonces apareció Robert Lewandowski.
En cuestión de tres minutos, el delantero polaco apagó el fuego local con dos acciones de manual. Primero, recibió un pase filtrado por Fermín y picó el balón con clase sobre Unai Simón. Luego, aprovechó un mal despeje tras un córner para empujarla de cabeza dentro del área chica. Sin necesidad de dominar, el Barça ya ganaba 0-2. Y el partido, aunque con mucho por contar, quedó encarrilado.
El Athletic Insiste, El Barça Resiste
A pesar del golpe anímico, el equipo de Ernesto Valverde no bajó los brazos. Maroan Sannadi tuvo dos ocasiones claras para recortar distancias, pero no logró definir bien. La falta de puntería fue el denominador común en los intentos de los locales. Nico Williams, muy activo, desbordaba con facilidad, pero no conseguía encontrar portería.
En el otro arco, el Barça se tomó las cosas con calma. Buscó largas posesiones, bajó el ritmo y trató de evitar riesgos. Lamine Yamal se sumó al ataque con algunas internadas peligrosas, mientras Iñaki Peña —titular cinco meses después— se encargó de mantener el cero en su portería, incluyendo una gran intervención para evitar un autogol de Pau Cubarsí.
El primer tiempo se cerró con una mezcla de frustración e ilusión en San Mamés. El Barça había sido contundente, sí, pero el Athletic no había sido inferior en juego. Solo le faltó el gol.
La Segunda Mitad: Oportunidades Perdidas Y Despedidas Emotivas
El complemento arrancó como terminó la primera parte: con un Barça cómodo, pero sin bajar la guardia, y un Athletic insistente, aunque impreciso. Lewandowski tuvo la más clara para completar su triplete tras un gran centro de Balde, pero esta vez su remate se marchó por encima del travesaño. Fue la última clara del ‘9’, que terminó la temporada con 27 goles, aunque sin poder alcanzar a Kylian Mbappé en la lucha por el Pichichi.
El partido se abrió un poco más en el tramo final. Nico Williams volvió a probar suerte, esta vez con una gran acción individual que terminó en un disparo cruzado, y Sannadi desperdició otra oportunidad clara. Por el lado del Barça, Lamine Yamal también tuvo ocasiones que no logró concretar, una de ellas atajada por un firme Unai Simón.
A falta de pocos minutos, el homenaje a Óscar de Marcos se llevó todos los aplausos. El defensor, que se retira tras 16 temporadas en el primer equipo del Athletic, fue ovacionado por todo el estadio. Su sustitución fue un momento emotivo, con todo San Mamés puesto en pie, reconociendo la entrega de uno de sus grandes símbolos.
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Gol Final, Emoción Y Fin de Fiesta
Ya en el tiempo añadido, una falta dentro del área de Yuri Berchiche sobre Dani Olmo fue señalada como penalti. El propio Olmo asumió la responsabilidad y convirtió el 0-3 definitivo. Un cierre simbólico para un Barça que supo ser letal sin necesidad de hacer un partido brillante.
El resultado fue justo por lo que ambos equipos ofrecieron: el Barça supo aprovechar sus oportunidades y controlar el ritmo, mientras que el Athletic lo intentó sin suerte y se fue con la frente alta. Más allá del marcador, fue una tarde de emociones cruzadas: la alegría de los campeones, la despedida de un ídolo y la promesa de que ambos conjuntos seguirán siendo protagonistas en la próxima temporada.
Con este triunfo, el Barça no solo cerró su curso con una victoria de prestigio, sino que confirmó el buen momento que vive bajo el mando de Hansi Flick. Una temporada que comenzó con dudas, pero que ha terminado con un título y sensaciones muy positivas. Ahora, con la mente puesta en el futuro, los azulgranas se despiden del curso 2024/2025 por la puerta grande.