El Manchester United consiguió una victoria sufrida ante el Ipswich Town en un partido que tuvo de todo. En un encuentro que parecía complicarse desde el inicio, los ‘Red Devils’ lograron imponerse 3-2 con un gol de Maguire en la segunda mitad. Aunque el equipo de Amorim mostró momentos de incertidumbre, el balón parado se convirtió en su mejor arma para sacar adelante un partido que se le había complicado temprano.
Un Inicio Accidentado Para El United
El partido comenzó con el Manchester United mostrando las mismas dudas que han caracterizado su irregular temporada. Apenas habían pasado unos segundos cuando Delap estuvo cerca de abrir el marcador para Ipswich con un disparo ajustado al segundo palo.
Sin embargo, el verdadero golpe para los de Amorim llegó en el minuto cuatro, cuando un grave error defensivo dejó el balón en los pies de Jaden Philogene, quien no desaprovechó la oportunidad para adelantar a los visitantes.
Con el marcador en contra, el United intentó reaccionar de inmediato. Maguire tuvo una oportunidad clara para igualar, pero el arquero Palmer estuvo atento para desviar su cabezazo. A pesar del dominio en la posesión, los ‘Red Devils’ no lograban encontrar los espacios para hacer daño al Ipswich, que se mantenía firme en defensa.
El Balón Parado, Clave Para la Remontada
Cuando el United parecía atascado, la pelota parada se convirtió en su mejor aliada. En el minuto 22, un tiro libre ejecutado por Bruno Fernandes terminó en gol en propia puerta de Morsy, quien intentó despejar pero terminó venciendo a su propio arquero.
Apenas cuatro minutos después, otro balón parado volvió a darle vida al equipo de Amorim. Bruno Fernandes lanzó un córner preciso, Palmer detuvo dos intentos consecutivos, pero De Ligt aprovechó el rebote para marcar el 2-1.
Old Trafford respiraba con alivio, pero las dificultades para el United no habían terminado. Justo antes del descanso, una dura entrada de Dorgu sobre Hutchinson obligó al árbitro a revisar la jugada en el VAR, resultando en la expulsión del defensor. Con un hombre menos, el equipo local intentó aguantar la ventaja, pero no pudo evitar que Ipswich empatara en el último suspiro de la primera mitad.
Philogene envió un centro con efecto y Delap se adelantó a la defensa para desviar la pelota al fondo de la red.
Maguire Aparece en El Momento Clave
La segunda mitad comenzó con un cambio táctico de Amorim para intentar equilibrar el equipo tras la expulsión de Dorgu. Mazraoui ingresó por Garnacho, permitiendo que Dalot se moviera a la izquierda y reforzara la línea defensiva. Sin embargo, el United siguió apostando a su mejor recurso de la noche: la pelota parada.
En el minuto 47, Fernandes volvió a demostrar su precisión con otro centro medido al área. Maguire, apareciendo desde atrás, conectó un potente cabezazo que superó a Palmer y puso el 3-2 en el marcador. Era el tercer gol del United a balón parado, una muestra clara de la importancia de la estrategia en este tipo de partidos.
Ipswich intentó reaccionar, pero careció de ideas para superar la defensa del United. Clarke y Cajuste generaron algunas jugadas de peligro, pero sin encontrar un rematador certero. Amorim, consciente de la necesidad de asegurar el resultado, decidió reforzar el mediocampo con la entrada de Casemiro, quien aportó solidez en los minutos finales.
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Un Triunfo Que Da Oxígeno Al United
Con el pitazo final, el United logró cortar una racha de tres partidos sin ganar en la Premier League. Aunque el equipo sigue lejos de los puestos europeos, los tres puntos le permiten alejarse del descenso y recuperar algo de confianza. Ipswich, por su parte, sumó su octava jornada consecutiva sin victoria y ve cada vez más complicada su permanencia en la máxima categoría.
El Manchester United sigue sin convencer en su juego, pero al menos en esta ocasión logró una victoria que le da un respiro. Con la temporada avanzando y las expectativas lejos de lo que se esperaba, los ‘Red Devils’ tendrán que seguir luchando para salvar un año que ha estado marcado por la inconsistencia.
