El Benfica logró su clasificación a los octavos de final de la Champions League tras un vibrante empate 3-3 contra el Mónaco en Lisboa. En un duelo donde la emoción no faltó, ambos equipos mostraron su poder ofensivo, pero también quedaron expuestos por errores defensivos que terminaron marcando la diferencia. A pesar de que los visitantes estuvieron dos veces arriba en el marcador, el conjunto portugués supo reaccionar y encontró el gol decisivo en los minutos finales gracias a Kökcü.
El partido fue una demostración de cómo el fútbol puede ser impredecible hasta el último segundo. Mónaco, con un planteamiento ambicioso, puso en aprietos al Benfica en varias ocasiones, pero sus fallos en defensa le impidieron sellar la eliminatoria a su favor. Benfica, por su parte, aprovechó cada oportunidad clave y con temple logró asegurar su lugar en la siguiente fase de la competencia.
Intercambio de Golpes en la Primera Mitad
Desde el pitido inicial, el Mónaco mostró su intención de controlar el partido con una presión alta y transiciones rápidas. Aunque Benfica trató de imponer su ritmo, un error en la salida de balón de Singo facilitó el primer golpe. Pavlidis recuperó la pelota y asistió a Akturkoglu, quien definió con tranquilidad para poner el 1-0 a favor de los locales.
A pesar de ese duro golpe, el Mónaco no tardó en responder. Con Embolo como referencia en ataque, el equipo francés comenzó a generar peligro. La recompensa llegó minutos después con una gran jugada dentro del área. Embolo sostuvo el balón con su físico y dejó servido el empate para Minamino, que definió con calidad para igualar el marcador.
Tras el 1-1, los franceses tomaron confianza y estuvieron cerca de darle la vuelta antes del descanso. Con Akliouche manejando los hilos del mediocampo y generando opciones, el Mónaco dejó la sensación de que podía hacer daño en cualquier momento. Benfica resistió y logró llegar al entretiempo con la igualdad en el marcador.
Un Segundo Tiempo de Locura
La intensidad aumentó en la segunda parte y Mónaco golpeó primero. Akliouche volvió a ser protagonista, construyendo una jugada que culminó en una gran definición de Ben Seghir. Con el 2-1 en contra, Benfica estaba contra las cuerdas y obligado a reaccionar para evitar la eliminación.
El conjunto portugués comenzó a empujar con más insistencia, pero nuevamente encontró una ayuda inesperada en la fragilidad defensiva del Mónaco. Kehrer cometió una falta innecesaria sobre Aursnes dentro del área y el árbitro no dudó en señalar penalti. Pavlidis tomó el balón y con un cobro impecable firmó el 2-2, acercando al Benfica a la clasificación.
El Mónaco no se rindió y en busca de un golpe definitivo, el técnico Adi Hütter hizo un cambio clave. Envió al campo a Ilenikhena, quien, en su primer balón, ganó un duelo físico ante Otamendi y superó a Trubin con un remate certero. Con el 3-2 a favor, los franceses estaban a un solo gol de igualar la eliminatoria y forzar el tiempo extra.
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El Gol de Kökcü Y El Pase a Octavos
Cuando todo parecía indicar que el partido se iba a la prórroga, la historia tuvo un giro inesperado. Mónaco, que había mostrado grandes destellos en ataque, volvió a pagar caro un descuido en defensa. Carreras detectó un espacio en el área y metió un pase preciso para Kökcü, quien, con gran determinación, definió con un remate potente para sellar el 3-3 definitivo.
El Estadio Da Luz explotó de emoción mientras los jugadores del Benfica celebraban el gol que aseguraba su boleto a la siguiente fase. Mónaco, que había luchado hasta el final, se quedó sin tiempo para reaccionar y tuvo que despedirse de la competencia con un sabor amargo.
Benfica demostró que en los momentos clave tiene la capacidad de responder y aprovechar los errores del rival. Aunque su actuación no fue perfecta, supo reponerse a las adversidades y selló su pase con un espíritu combativo. Ahora, los portugueses esperan conocer a su próximo rival en los octavos de final, con la esperanza de seguir avanzando en el torneo más prestigioso de Europa.