El camino de esta eliminatoria parecía escrito desde el principio: llevar todo hasta el último segundo. Los Clippers y los Nuggets, dos equipos capaces de mostrar versiones brillantes y también desaparecer por tramos, confirmaron lo que ya parecía inevitable: que el pase a la siguiente ronda se decidirá en un séptimo partido. James Harden, criticado en el juego anterior por su bajo impacto, respondió con su mejor versión en semanas. Fue clave para que Los Ángeles derrotara 111-105 a Denver y estirara la serie al límite.
Harden Cambia la Cara de Los Clippers
Después de un partido donde su presencia fue discreta, James Harden salió decidido a cambiar la historia. Anotó 28 puntos, bajó 6 rebotes y repartió 8 asistencias, siendo el motor ofensivo que los Clippers necesitaban. Con 35 años, el base demostró que aún tiene gasolina para partidos grandes. En el segundo cuarto, fue prácticamente imparable y sostuvo al equipo en momentos clave.
La diferencia con respecto al juego anterior fue evidente: Harden buscó el aro, tomó decisiones rápidas y mantuvo la calma cuando Denver se acercó. Su influencia fue más allá de los números, ya que dictó el ritmo y generó espacios para que sus compañeros encontraran tiros cómodos. Más allá de las estadísticas, su actitud agresiva contagió al equipo en los momentos de mayor presión.
No fue el único que brilló. Kawhi Leonard también fue determinante con 27 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias. Sin necesidad de levantar la voz, el alero volvió a mostrarse como un líder silencioso pero efectivo. Su constancia fue vital para mantener la ventaja durante la segunda mitad, cuando el partido parecía que podía escaparse.
La Defensa Fue la Verdadera Clave
Si bien los focos suelen ir hacia las figuras que anotan, la historia de este triunfo se escribió en el otro lado de la cancha. Ivica Zubac y Nicolas Batum se combinaron para frenar a Nikola Jokic como pocos han logrado en los últimos años. El pívot serbio, tres veces MVP de la liga, tuvo un inicio dominante con 20 puntos en la primera mitad, pero apenas pudo anotar 5 en los últimos dos cuartos.
El mérito fue del cuerpo técnico, que ajustó la defensa para limitarle el espacio a Jokic. Zubac lo incomodó físicamente, mientras que Batum ayudó con coberturas y bloqueó líneas de pase. Además, cada vez que Jokic recibía, aparecían ayudas rápidas para forzarlo a tomar decisiones apresuradas. En total, lanzó solo 2 de 9 en la segunda mitad, un registro inusual para un jugador de su nivel.
El entrenador Tyronn Lue destacó la entrega de sus jugadores y cómo mantuvieron la disciplina táctica. “Les dije que esto se trataba de jugar en equipo y hacer lo que se necesitaba para ganar. Todos entendieron el mensaje”, comentó después del partido. Ese compromiso colectivo, especialmente en defensa, permitió a los Clippers construir una ventaja que, si bien fue amenazada, nunca perdieron del todo.
Los Nuggets Fallan en El Momento Decisivo
Denver tenía la oportunidad de cerrar la serie en Los Ángeles y evitar un séptimo partido incómodo en casa. No lo lograron. El equipo mostró signos de irregularidad y volvió a tropezar en un escenario conocido: dejar escapar una ventaja de 3-2. La historia se repite, como ya ocurrió en los playoffs anteriores frente a Minnesota.
Jamal Murray tuvo un inicio prometedor, pero desapareció por momentos. Terminó con 21 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias, aunque gran parte de su producción fue en el primer cuarto. Después, se vio superado por la defensa rival y no pudo encontrar espacios. Michael Porter Jr. tampoco fue factor, y el equipo sintió la falta de contribuciones secundarias en momentos de tensión.
Además, las decisiones en el cierre dejaron dudas. Denver se acercó 107-101 a falta de tres minutos, pero una bandeja errada por Russell Westbrook, seguida de un triple de Powell, enterró sus esperanzas. Esa secuencia, del posible -4 al definitivo +9 para los Clippers, marcó el final del intento de remontada. Aunque no se rindieron, los Nuggets no supieron aprovechar sus momentos.
El entrenador asistente David Adelman, quien sigue al frente mientras Michael Malone se recupera, expresó su frustración por la falta de faltas pitadas a favor de Jokic. “Es increíble que solo haya tirado dos tiros libres con tanto contacto”, dijo. Más allá del arbitraje, Denver deberá mirar hacia adentro si quiere evitar otro descalabro en casa.
En este Día Festivo del Trabajador, esperamos el Genio De La Lampara haya entendido correctamente tus deseos.
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Todo Se Define en Denver
La serie se resolverá en un séptimo partido, en la altura de la Mile High City. El Ball Arena será testigo de un todo o nada entre dos equipos que no se han logrado sacar diferencias claras. Cada partido ha sido un vaivén de emociones, con rendimientos que cambian drásticamente de un día a otro. No hay un favorito claro, y eso es lo que hace tan impredecible esta eliminatoria.
Para los Clippers, será una oportunidad de revancha. En 2020, fueron eliminados por estos mismos Nuggets en un séptimo partido dentro de la burbuja de Florida. Varios de los protagonistas aún están, y la memoria está fresca. Esta vez, llegan con la experiencia y un nuevo aire. Harden está encendido, Leonard está sano, y la defensa parece haber encontrado respuestas.
Por el lado de Denver, las dudas están presentes. Aunque juegan en casa y tienen a uno de los mejores jugadores del mundo, su irregularidad sigue siendo una preocupación. No es la primera vez que llegan a este punto, pero sí una donde el margen de error es mínimo. El equipo que pierda no solo quedará eliminado, sino que enfrentará un verano lleno de preguntas.
Así está planteado el escenario: un séptimo partido con todo en juego. El ganador se enfrentará a los descansados Thunder de Oklahoma City, que llevan días esperando rival. El perdedor se despedirá con sabor amargo. Y en medio de todo, una certeza: cuando la serie parecía impredecible, solo quedaba un destino posible. El todo o nada.