En una dramática noche de lunes en San Francisco, los Warriors de Golden State vencieron a los Rockets de Houston por 109-106, logrando una crucial ventaja de 3-1 en su serie de primera ronda de la Conferencia Oeste. El encuentro fue una montaña rusa, con 11 cambios de liderazgo y mucho juego físico que resultó en numerosas faltas técnicas y momentos acalorados. Draymond Green, figura clave en la alineación de los Warriors, pasó gran parte del partido en la banca por problemas de faltas, pero tuvo un impacto vital en el momento clave.
Un Partido de Alta Intensidad
El choque entre los Warriors y los Rockets estuvo a la altura de la intensidad de la serie hasta el momento. Jimmy Butler regresó a la acción con Houston tras sufrir una lesión en el coxis en el segundo partido. Aunque tuvo un comienzo flojo, Butler brilló en el último cuarto, anotando 27 puntos en total, la mayoría en los momentos decisivos.
Los Rockets se apoyaron fuertemente en el joven pívot Alperen Şengün durante la segunda mitad, especialmente con Green fuera de juego tras recibir cinco faltas personales y casi ser expulsado por una combinación de falta técnica y flagrante. Sin embargo, cuando Green regresó al final del último cuarto, realizó la jugada de la noche.
Con Houston perdiendo por tres puntos y menos de 10 segundos en el reloj, Şengün intentó atacar a Green de forma aislada. Green se mantuvo firme, obligando a Şengün a realizar un difícil y disputado tiro de gancho que falló. Butler se lanzó para capturar un rebote vital, recibió una falta y, con calma, anotó dos tiros libres para sellar la victoria de Golden State.
En el último minuto, se produjo otro momento crucial cuando Dillon Brooks cometió una falta contra Butler en un intento desesperado de triple. Butler, bajo una fuerte presión y con el reloj a punto de acabarse, recibió tres tiros libres y los encestó todos, dando a los Warriors el respiro justo para sentenciar el partido.
Con una ventaja de 3-1 en la serie, los Warriors viajarán a Houston con tres oportunidades para asegurar la serie. Sin embargo, son conscientes del reto que les espera. En su última carrera por el campeonato, Golden State tuvo dificultades para liquidar a un oponente en circunstancias similares durante un quinto partido fuera de casa.
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Los Warriors Neutralizan a Jalen Green
Una de las principales razones del éxito de los Warriors en el cuarto partido fue su incansable enfoque defensivo en el base de Houston, Jalen Green. Desde el principio, Golden State ejerció presión en toda la cancha, con Buddy Hield acosando a Green a casi 27 metros de la canasta, forzando dos pérdidas de balón tempranas. Gary Payton II retomó la tarea más tarde y continuó con el enfoque agresivo.
Siempre que Green lograba superar a su defensor inicial, se enfrentaba a constantes trampas, dobles marcas y blitzes, lo que interrumpía su ritmo y lo obligaba a perder el balón. El entrenador de los Rockets, Ime Udoka, expresó su frustración por la incapacidad de su equipo para aprovechar las oportunidades de cuatro contra tres resultantes.
Desafortunadamente para Houston, sus problemas continuaron en el cuarto partido, lo que llevó a Udoka a dejar a Green en la banca antes de lo habitual durante el tercer cuarto. Incluso cuando Green regresó en el último cuarto, no logró anotar un tiro de campo y finalmente fue sustituido para los minutos finales.
Aunque Fred VanVleet, Alperen Şengün y Amen Thompson intentaron impulsar la remontada atacando la defensa de los Warriors, no fue suficiente para superar la disciplina de Golden State, sus oportunas carreras anotadoras y los persistentes problemas de los Rockets con los tiros libres.
Ahora, al borde de la eliminación, los Rockets regresan a casa en un territorio desconocido: un segundo cabeza de serie que intenta evitar una eliminación en la primera ronda.