Los Thunder de Oklahoma City dieron una muestra de carácter y resiliencia que quedará grabada en la memoria de sus aficionados. En un partido que parecía perdido desde temprano, el equipo logró reponerse de una desventaja de 29 puntos para terminar venciendo 114-108 a los Grizzlies de Memphis en el tercer juego de la serie de primera ronda del Oeste. Con esta victoria, el Thunder se coloca 3-0 y queda a un paso de la clasificación.
Shai Gilgeous-Alexander fue clave con 31 puntos, acompañado por los 26 de Jalen Williams y un segundo tiempo excepcional de Chet Holmgren, que terminó con 24 puntos, 23 de ellos en la segunda mitad. Oklahoma City no solo ganó, sino que lo hizo con una de las remontadas más impresionantes en la historia reciente de los playoffs.
Un Inicio Abrumador Para Memphis
Memphis salió con toda la energía en el primer cuarto, decidido a cambiar la imagen de los dos primeros partidos. Con Scotty Pippen Jr. encendido desde la línea de tres y un Ja Morant muy activo, los Grizzlies impusieron el ritmo y lograron una ventaja considerable temprano. La ofensiva fluía, los tiros caían y el público local se entregaba al espectáculo.
El segundo cuarto fue aún más demoledor para los locales. Una racha de 25-5 colocó al Thunder contra las cuerdas, con una desventaja que llegó a 29 puntos tras una bandeja de Desmond Bane. Parecía que Memphis había encontrado su forma ideal, con un 57% en tiros de campo y apenas tres pérdidas de balón en la primera mitad. Todo indicaba que la serie iba a tener un nuevo aire.
Sin embargo, el golpe más duro no fue para Oklahoma, sino para los propios Grizzlies. Ja Morant sufrió una fuerte caída en una bandeja a la carrera tras un contacto con Luguentz Dort. Aunque intentó seguir, tuvo que salir del partido con una contusión en la cadera izquierda. Su ausencia fue un punto de quiebre, tanto emocional como en lo táctico, para Memphis.
El Despertar Del Thunder
Tras un primer tiempo para el olvido, el Thunder regresó del vestuario con otra mentalidad. El equipo comenzó a mostrar una defensa mucho más agresiva, mayor fluidez ofensiva y una actitud completamente diferente. Chet Holmgren, casi ausente en la primera mitad, fue el motor del cambio. Anotó 16 puntos en el tercer cuarto, y Oklahoma City redujo una diferencia de 26 puntos a solo ocho.
Jalen Williams también fue determinante, especialmente en la toma de decisiones. Su triple sobre la bocina al final del tercer cuarto puso al Thunder en una posición de pelea real, cambiando por completo la narrativa del partido. Para ese momento, el Thunder ya había duplicado en puntos a Memphis en el tercer cuarto y comenzaba a hacer sentir la presión.
Mientras tanto, Memphis ya no encontraba respuestas. Sin su líder en la cancha, la ofensiva se volvió predecible y el ritmo del partido cambió por completo. La efectividad que había caracterizado a los Grizzlies en la primera mitad desapareció, y el equipo fue completamente dominado en ambos lados del balón.
El Cierre Perfecto
La última parte del encuentro fue una batalla mental. Cada posesión contaba y Oklahoma City mantuvo la calma. A falta de poco más de un minuto, Jalen Williams colocó al Thunder por delante por primera vez en el partido con un tiro libre que puso el marcador 109-108. A partir de ahí, todo fue ejecución. Holmgren sumó desde la línea y Alex Caruso selló la remontada con una bandeja en transición cuando restaban apenas 19 segundos.
Lo más impresionante es que Memphis no anotó ni un solo punto en los últimos 4 minutos y 51 segundos del partido. Fue un colapso total que reflejó lo que vivieron desde la salida de Morant. El Thunder, por su parte, mostró una madurez que sorprende para un grupo tan joven.
El entrenador Mark Daigneault destacó precisamente eso al final del partido: la capacidad de su equipo para mantenerse enfocado, no perder la fe y reconectarse con su identidad. Oklahoma fue superado, golpeado y dominado, pero nunca se rindió. Y ese espíritu terminó siendo la clave de un triunfo que trasciende más allá del marcador.
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Memphis, Al Borde de la Eliminación
Con esta derrota, los Grizzlies quedan contra la pared. Ya no solo deben ganar cuatro juegos seguidos, sino que deben hacerlo con la incertidumbre sobre la salud de su principal figura. La caída de Morant no solo cambió el rumbo del partido, sino que deja al equipo con serias dudas para lo que viene.
Scotty Pippen Jr. tuvo una actuación destacada con 28 puntos, y Jaren Jackson Jr. aportó 22, pero sin su armador estrella el equipo perdió el orden y la confianza. El entrenador interino Tuomas Iisalo tendrá que tomar decisiones rápidas si quiere mantener viva la serie, aunque todo apunta a un escenario muy complicado para Memphis.
El próximo partido será una prueba de carácter para ambos equipos. Para Oklahoma City, la oportunidad de cerrar la serie con una barrida. Para los Grizzlies, la última llamada antes de un posible adiós. Pero más allá de lo que ocurra, lo vivido en el tercer juego ya quedó marcado como una de esas noches que definen una temporada entera.